+34 699 90 99 91​

Real Aeroclub de Gran Canaria

Desde 1951

El Aeroclub de Gran Canaria tiene una historia y una prehistoria, tomando este término como historia anterior, hasta ahora prácticamente desconocida, pero no por eso menos interesante y que convierte a Gran Canaria en la pionera de la aviación deportiva en el Archipiélago.

Desde el año 1933 un grupo de entusiastas por la Aeronáutica empiezan un movimiento encaminado a promover la fundación de un Aeroclub que cuaja en una comisión organizadora formada por los siguientes señores: Laureano de Armas, Juan Ojeda Álvarez, Mariano Semprun, Luis Piernavieja del Pozo, Manuel González Cabrera, Ramón Pando Calleja, José Suárez Valido, Francisco Doreste, José Segura, Juan Domínguez Guedes, Federico Galván.
La sede era en Alonso Alvarado nº2 principal, en la casa de «Don Bruno» como antes se le llamaba al edificio Hotel Parque y en los locales del Automóvil Club.

Es curioso que en el boletín de adhesión aparece como proyecto de nombre «Aero Club de Gran Canaria» ¿Premonición? Aunque su nombre luego fuera AERO CLUB DE LAS PALMAS, ¿sería el cambio para darle ámbito provincial?

Boletín adhesión - 1935
Foto: RAGC

El 1 de marzo de 1935, don Manuel González Cabrera, ingeniero Jefe de Obras Públicas y miembro de la comisión organizadora como hemos visto dirige una carta a don Laureano de Armas proponiéndole la presidencia de ese Aero Club a fundar, que don Laureano debió aceptar.

El acto fundacional tiene lugar el día 21 de agosto 1935 (miércoles) en el que se aprueban los primeros estatutos que fueron confeccionados por la imprenta «El Siglo» de la calle Triana y de los cuales se conserva un ejemplar cedido por la familia de don José Bosch Millares también socio fundador de este Aero Club. Antes de seguir quiero hacerles saber que la mayoría de todos los datos de esta prehistoria, se le deben a la labor entusiasta y eficaz del doctor ingeniero aeronáutico don Luis Mena Sintes que ha investigado numerosas fuentes y me ha prestado su apoyo y colaboración constantes. Lo que agradezco profundamente.

Fundado el Aeroclub de Las Palmas, cuyo escudo era una gaviota en vuelo sobre dos círculos concéntricos con los colores de la bandera de Gran Canaria, como se puede ver en la foto, según un emblema de solapa original de aquellos tiempos y que aún se conserva, se pensó en la adquisición de una avioneta.

El primer escudo del RAGC, 1935, compuesto por una gaviota en vuelo sobre dos círculos concéntricos con los colores de la bandera de Gran Canaria.

Logo RAGC 1935

Don Laureano de Armas en sus múltiples viajes se dirige a Inglaterra, el lugar de Europa de mejores comunicaciones con Gran Canaria en aquella época, y se pone en contacto con la casa De Havilland asistiendo a diversas pruebas de distintos modelos. Se adquiere la avioneta. Gutiérrez Padilla en su artículo La Aviación en Canarias publicado en 1987 escribe: Previas las oportunas gestiones el 28 de febrero de 1936, la firma Blandy Brothers & Co. consigna factura al Aero Club Las Palmas de una avioneta GIPSY MOTH por un importe de 425 libras ( 20.354,80 pesetas, de aquellos tiempos).

Don Laureano debía de tener buen crédito o la pagó de su bolsillo o la factura vino retrasada pues la avioneta arribó en vuelo a Gran Canaria el 3 de enero de 1936 a las 15:15 h.

Artículo La aviación en Canarias - 1987
Foto: RAGC

Leamos las declaraciones que el piloto Mr. J.K. Lawrence hizo al periodista del diario HOY publicadas el día 4 de enero pues nos hace sentir cómo se volaba entonces y cómo se vuela ahora. Fue una proeza.

… Salida de Penthurst el día 28 de diciembre de 1935 a la una de la tarde con vientos contrarios con intención de volar a Tours o Poitiers pero debido haber salido tarde de Inglaterra y a los vientos que continuaban contrarios, aterrizó en el aeródromo militar de Chartres.

De aquí salió el 29 por la mañana llegando a Burdeos para tomar bencina. Aunque el tiempo era más claro que el día anterior el viento seguía contrario y mucho más fuerte. Provisto de esencia se elevó para continuar a Biarritz haciendo este trayecto de vuelo muy bajo y a lo largo de la costa para evitar los efectos del viento contrario. En Biarritz volvió a proveerse de bencina y efectuó el despacho de salida en la Aduana francesa. Y en vuelo hasta Vitoria.

La distancia que hay entre Biarritz y Vitoria es de setenta y una millas que la avioneta debía cubrir en cuarenta y cinco minutos y da idea de la fuerza del viento contrario el que tardara una hora y cuarto en el recorrido habiendo tenido que volar a mas de mil quinientos metros. Al llegar a Vitoria se encontró el aeródromo completamente inundado.

De Vitoria con dirección a Burgos, salió el 30 por la mañana con vientos contrarios, más fuertes que en todo el viaje. Una muralla de nubes que se presentó al llegar a Somosierra le hizo intentar rodear hacia el Este teniendo que aterrizar cerca de Sigüenza a causa de las nubes bajas. Allí esperó cerca de hora y media hasta que mejoraron las condiciones de visibilidad en que remontó con dirección a Madrid. En la capital de la República visitó Mr. Lawrence a la dirección General de Aeronáutica y a la una de la tarde del día 31 salió para Sevilla en cuya ruta encontró tiempo bastante claro pero siguieron afectando los vientos contrarios que cesaron después de pasar los Montes de Toledo al sur de Navahermosa. Allí encontró lluvia fuerte y bastantes nubes y al llegar a Arroba tuvo que seguir el valle del Guadiana volviendo en parte hacia atrás, hasta llegar a Talarrubia donde se vio obligado a aterrizar y pasar la noche.

En la mañana del 1º de enero con tiempo claro y excelente visibilidad, salió para Sevilla a proveerse de bencina. Mr. Lawrence se muestra muy satisfecho de los servicios del aeropuerto sevillano que son rápidos y eficientes, lo que le permitió levantar el vuelo a los cuarenta minutos de su llegada, con dirección a Casablanca a donde llegó a las tres de la tarde en un vuelo de tres horas y tres cuartos.

Pasó la noche en Casablanca despertándole a las cuatro de la madrugada los motores de los aeroplanos de la línea francesa a Dakar. ¿Sería Saint Exupery?

Quería salir de Casablanca al amanecer, pero hubo de desistir de ese propósito a causa de las noticias recibidas de poca visibilidad en Mazagan y Mogador. Pero al recibir otras noticias del interior mejores, decidió salir a las 9 y 25 de la mañana en línea recta a Agadir en vez de costear por saber que había buen tiempo en Marrakech. Llegó a Agadir a las 12 y 10 minutos y se proveyó de gasolina reemprendiendo el vuelo a los veinte minutos hacia Cabo Juby, donde tomó tierra a las 3,30 de la tarde, siendo acogido fraternalmente Mr Lawrence por el personal de la Aviación Militar estacionada en aquella posición para el que Mr. Lawrence no cesa de prodigar elogios.

Ayer salió de Cabo Juby a la una y veinticinco de la tarde y durante cinco minutos estuvo dando vueltas sobre el aeródromo para asegurarse del buen funcionamiento del motor, comprobado lo cual hizo vuelo directo a Gran canaria hallándose sobre ella a la hora y media exacta de su salida de Cabo Juby gracias el viento favorable que encontró en toda la ruta, y a las tres y quince minutos de la tarde aterrizaba en el Aeropuerto nacional de Gando. El periodista finaliza: Y he aquí lector, como después de este relato, hemos quedado convencidos de que Mr. Lawrence es un héroe auténtico…. ¡Porque hay que ver lo que es una avioneta!

¡ Welcome, Mr. Lawrence ! Así terminaba el artículo.

En la foto podemos ver a Mr. Lawrence con su esposa descansando en el hotel Metropole. Les acompaña don Laureano.

Foto: RAGC

Con el avión ya en casa el futuro se presentaba prometedor. El 26 de mayo de 1936 el Ministerio de la Guerra autoriza la creación de una «Escuela de Aviación». El 17 de junio se abre una matrícula para cubrir seis plazas de alumnos. El instructor iba a ser don Ramón Pando Calleja, piloto naval, que estaba desempeñando el cargo de jefe del aeródromo de Gando y que ya hemos conocido como socio fundador pues Mr. Lawrence después de traer la avioneta, regresó al Reino Unido.

Entre abril y mayo de 1936 una División de la Royal Navy visitó el Puerto de la Luz. Un portaviones y varias unidades más quedaron fondeados en la bahía. Mis primos y yo de pequeños fuimos a verlos y recuerdo ver evolucionar sobre nosotros en el muelle de Sta. Catalina un avión biplano biplaza de fuselaje azul y planos plateados que seguro era esta avioneta.

Cuando se trajo de Inglaterra venía con la matrícula G-AARD y el paso de Mr. Lawrence por Madrid fue motivo para entregar la documentación necesaria para su matriculación en España cosa que ocurre el 21 de mayo de 1936 asignándole la matrícula EC-AFI.

En nuestra labor investigadora teníamos serias dudas sobre las características de la avioneta si era una DH 60 Moth con motor Cirrus, ya que Gutiérrez Padilla habla de un motor de 85 CV. que era la última generación de estos motores y la foto de don Laureano delante de una DH 60 Moth, la aumentaba, pero ha quedado despejada esta duda por las fotos de la prensa en su llegada a Gran Canaria en que se ve claramente las características de una De Havilland DH60-G-GIPSY MOTH buje de la hélice en la parte baja del motor tapacubos en la hélice y las ruedas de balón ancho como vemos en estas fotos comparativas. El motor de 100 CV. El legendario DH60-G-Moth proyectado por el comandante HALFORD y que se empleo en innumerables vuelos a gran distancia como el de Amy Johnson de Croydon (Inglaterra) a Darwin (Australia) y su éxito se debió en gran medida a lo seguro y fiable que era.

DH60G Gipsy Moth
DH60-G-Gipsy Moth / Foto: Ian Haskell
DH60M Moth
DH60-M Moth / Foto: Mick Bajcar

Con la matricula española de esta avioneta también ocurrió un hecho insólito que luego comentaremos. Pero demos curso a los acontecimientos.

El 18 de julio se produce el Alzamiento Nacional con lo que los proyectos de la Escuela se van al traste, pero sí ocurre un hecho importante como dato para la Aviación militar española.

Al producirse la sublevación no toda la isla quedó bajo control sino que hubo focos de resistencia en Telde, Guía y Gáldar que hubo que reducir y es aquí donde la De Havilland toma protagonismo pilotada por don Ramón Pando Calleja y como observador el teniente coronel don Álvaro Gómez Pando que, pertrechados de octavillas disuasorias y bombas de mano Lafitte, despegan hacia Guía y Gáldar. El guardacostas ARCILA por mar y las tropas por tierra.

La avioneta cumple su misión. El ARCILA dispara un cañonazo contra la montaña y acaba la resistencia. Imagino que todo fue más ruido que otra cosa pues yo recuerdo verlo en el muelle de Santa Catalina formando pareja con su gemelo el XAUEN y el cañoncito de tiro rápido que tenían sería del calibre de una ametralladora pesada de hoy.

Esto que parece anecdótico tiene importancia dentro del contexto histórico aeronáutico militar, ya que la primera acción de guerra de un avión nacional en la Guerra Civil corresponde a esta avioneta el día 21 de julio de 1936 cuando aún en el resto de España no había ningún movimiento aeronáutico de guerra por parte de los nacionales, puesto que si bien el día 20 había comenzado el transporte de tropas de Tetuán a Sevilla (el paso del Estrecho) solo había sido eso, transporte. Así que, la primera acción de guerra constatada le corresponde a Bermúdez de Castro (Rev. Aeroplano nº25. Año 2007) el día 22 de julio ametrallando una columna de camiones que se dirigía a Granada y la otra acción de guerra también constatada fue la de Ángel Salas Larrazábal (Rev. Aeroplano nº10. Año 1952) que habiéndose pasado al bando nacional el día 18 de madrugada con dos compañeros más, volando de Getafe a Pamplona en tres Breguet XIX(19) los servicios que prestó posteriormente fueron de enlace entre Burgos y Pamplona. Solo el día 27 de julio y el 7 y 10 de agosto respectivamente es cuando entabla combate contra unos Nieuport 52 y contra un Hawker Fury sin derribos. El primer derribo llegaría el 23 de agosto en el frente de Teruel. Así pues, a nuestra avioneta, le corresponde la primicia en los servicios de guerra de la Aviación nacional.

El avión es requisado y le asignan la matrícula militar 30-7 y queda en la maestranza de Gando. Termina la Guerra Civil, comienza la mundial y la prematura muerte de don Laureano de Armas quizá fue motivo de que todo se hundiera. En 1942 en una visita a Gando que fui con mi padre a recibir a un técnico que venía de Madrid la vi desarmados los planos, colgada del techo en el lateral poniente al fondo del Hangar n°1. Inservible. Una pena.

Y nos queda el hecho insólito de la matrícula española. Al requisarla y darle de baja de la matrícula civil ocurre que cuando empezamos a indagar en Aviación Civil sobre la matrícula EC-AFI, nos dicen que la matrícula esa corresponde a una avioneta Piper J-3C Cub del Aeroclub de Tenerife matriculada el 5 de enero de 1951 con la natural sorpresa por nuestra parte y sin ninguna explicación lógica ni damos razón por parte de Aviación Civil. Presumimos que al quedar libre la matrícula civil al ser requisada la avioneta se la asignaron a la Piper de Tenerife después de 15 años. Por lo visto con las matrículas de aviones pasa como con los teléfonos que cambian de usuario. O una pregunta jocosa ¿un despojo más?

 

Francisco Andreu - EC-AFI
Foto: Francisco Andreu

Pero la llama aeronáutica no se había extinguido. Pasan los años y con la paz mundial todo vuelve a renacer a pesar del aislamiento y la escasez.

Un grupo de jóvenes que provenían de los Fiat CR-32, los hermanos Suárez Cárdenes, Rafalo Massieu y los ya socios fundadores del antiguo Aeroclub de Las Palmas, Luis Piemavieja, Juan Ojeda, Juan Domínguez, etc. piensan en un nuevo Aeroclub. Los primeros contactos comienzan en 1949 pero tiene que llegar un insigne patricio don Matías Vega Guerra, ya presidente del Cabildo Insular, el que diera el impulso necesario encargando a don Luis Herrero Pérez, delegado de Iberia, en aquellos momentos y luego durante muchos años, para la formación de un grupo de gestión que captase adeptos para la fundación de un nuevo Aeroclub. Este grupo estaba formado por don Ramón Arcas Risueño, don Simón Benítez Padilla, don Federico Fernández Bobadilla, don Luis Herrero Pérez, don Ramón Naranjo Hermosilla, don Enrique Cuyas Díaz, don Antonio Soriano Etchecopart y don Fermín Garvalena Pérez.

Tras una reunión previa en el Gabinete Literario en la que se consiguen 149 socios, don Matías llama a su despacho del Cabildo al notario don Juan Zabaleta Corta para que levante acta fundacional del Aeroclub de Gran Canaria estando presentes todos los componentes de la comisión organizadora. Como curiosidad, fue un acta manuscrita por el propio notario y así se conserva en el archivo notarial. Esto tuvo lugar el 7 de agosto de 1951. En ella se nombra la primera junta directiva que queda formada así: Presidente, don Fermín Garvalena Pérez; vicepresidente, don Luis Herrero Pérez; tesorero, don Antonio Miranda Junco; secretario, don Juan Fco. Ojeda Hernández; vocales: don Eugenio Montoro Merino, don Rafael Massieu Van de Valle, don Femando Ley y don Antonio Arias Ruiz.

También se hace constar la aprobación del emblema anagrama del Aeroclub a utilizar como distintivo por los socios y facultar a la junta directiva para que gestione su aprobación y registro oficial. Textualmente dice:

El emblema aprobado es el mismo que utilizó el extinguido Aero Club de Las Palmas sin más diferencia que la de sustituir el nombre de Las Palmas por el de «Gran Canaria».

Logo RAGC 1935
Emblema 1935
Logo RAGC 1951
Emblema 1951

Desde esa fecha hasta el año 1956 el Aeroclub vive, pero no vuela incluso vive de prestado pues aún no tiene local social y cosa curiosa mientras llega ese momento vuelve a ser nuestro refugio como antaño el Automóvil Club que ya no estaba en Alonso Alvarado sino en el edificio La Unión y el Fénix, al final de la calle de Triana. Allí tuvimos muchas reuniones hasta que de nuevo don Matías Vega nos adjudica los locales que en la terminal del aeropuerto se habían construido a su instancia y financiación (todo el edificio aeroportuario fue construido por el Cabildo) quedando de nuestra propiedad un magnífico club de unos 600 m2 sin contar las terrazas, bar, servicios, y amueblado totalmente, con comunicación directa con la pista con el exterior y con el edificio principal. Tan en propiedad fue que cuando por las exigencias del tráfico y la expansión del aeropuerto fuimos absorbidos por él. Aviación Civil nos indemnizó con dos millones y medio de pesetas de los años sesenta, que aprovechamos para invertir en los nuevos locales de El Berriel. Así que otro gran favor de don Matías al Aeroclub.

local social 1956
Foto: RAGC

Junto a don Matías se alza otra figura importantísima con la que todavía el Aeroclub de Gran Canaria tiene una deuda de honor de agradecimiento. Don Antonio Bonny Gómez, «Coco Bonny» para su familia, para sus amigos y para los que lo quisimos y admiramos. Cosechero-exportador, vivía en Londres en aquella época de escasez y restricciones a las importaciones, era a la única persona que podíamos dirigimos para encargarle la compra de una avioneta pues tenía libras por aquello que se llamaba «fondo de retomo» para los exportadores. En aquellos tiempos el 25% del total de las exportaciones de España era de las Islas Canarias plátanos y tomates. Nos compró una Piper J-3C Cub con motor Continental de 65 H.P. y nos la envió a Gran Canaria. Ya esto era un favor grandísimo, pero todavía nos hizo otro mayor. La avioneta y el trasporte no se le pagaron nunca, primero porque no teníamos dinero, y luego él, con la caballerosidad que siempre le caracterizó, nunca nos la reclamó, por tanto nos la regaló, y gracias a él, el Aeroclub empezó a volar aunque antes tendrían lugar algunas peripecias.

La avioneta llegó por las buenas en uno de los barcos fruteros y como es natural Aduanas no dejó levantarla del muelle porque no tenía los papeles en regla y ante el miedo de que se estropease allí a Rafalo Massieu se le ocurrió acudir al estamento militar y con la aquiescencia del general de la Zona Aérea se envió un camión militar con un sargento y dos soldados con fusil a reclamar la avioneta diciendo que era material militar. Ante esta parafernalia los de Puertos Francos se arrugaron y la dejaron salir del muelle, quedando guardada en la maestranza. La avioneta venía con la matrícula inglesa G-AKBV y por fin el día 26 de agosto de 1956 es registrada en Aviación Civil asignándole la matrícula EC-AJI.

Francisco Andreu - EC-AJI
Foto: Francisco Andreu
Piper-J-3C-65
Piper J-3C-65 modelo similar al EC-AJI

Este mérito le corresponde a la junta directiva presidida por don Luis Herrero Pérez que empezó su mandato el 6 de febrero de 1952 y terminó el 31 de diciembre de 1956 y la puesta en vuelo y comienzo de la Escuela de pilotos al entusiasmo de don Juan Torrens Galván que en aquel tiempo era el jefe del Aeropuerto de Gando y a su vez fue nombrado jefe de Escuela y al de los oficiales de tráfico don Arturo Arcas Abadalejo y don Jaime Jiménez como instructores que se lanzaron a formar pilotos de la lista de espera de entusiastas entre los cuales me encontraba yo. Jiménez, que lo tuve como instructor, fue un gran profesor de vuelo, perfeccionista y minucioso al máximo que enseñaba dándote una confianza y tranquilidad inmensas. Sus sueltas eran una exhibición de buen volar de sus alumnos, sin tardar en hacerlo más horas que los demás instructores, a veces incluso antes. Era un caballero. Impecable en el vestir. Se bajaba del avión después de varias horas de enseñanza y ni una arruga en la ropa. Rafalo Massieu contaba que cuando estaban en los FIAT en aquella época tenia Aviación unos DKW, los primeros de gasolina mezcla, y que tenían el depósito delantero, el cual tenía una pérdida y goteaba. Cuando lo conducían todos se manchaban el pantalón del uniforme menos Jiménez que ante su impecabilidad en el vestir las gotas le tenían miedo y no caían o él tenía algún truco que no llegaron a descubrir. Ese año desde agosto a diciembre se formaron catorce pilotos. El primer título de piloto expedido por este Aeroclub fue el de don Miguel Rodríguez González.

El futuro se presentaba halagüeño y más aún teniendo en cuenta que el Ministerio del Aire nos había cedido, en junio de 1958, dos avionetas AISA I-11B (IBERAVIA) para entrenamiento y escuela. Estas avionetas fueron traídas en vuelo desde la Hispano Aviación de Sevilla hasta Gran Canaria por los señores Rafael Massieu y Octavio Ojeda financiándose ellos mismos los gastos del traslado. La ruta fue Sevilla-Tetuán-Casablanca-Agadir-Cabo Juby-Gran Canaria.

Un nuevo acontecimiento cae sobre nosotros. Los sucesos de Ifni y Sahara español, así como el cambio en la jefatura del aeropuerto pues don Juan Torrens pasa a desempeñar el de director de Los Rodeos y aquí es nombrado don Rafael Hurtado de triste memoria para nosotros pues suspendió todos los vuelos deportivos ante el tráfico militar existente. Eso nos supuso a muchos de nosotros el quedamos a mitad de curso y una espera de casi dos años. Hizo falta la mano de un gran aficionado el teniente coronel don Pedro González García, que al hacerse cargo de la jefatura del aeropuerto en 1959 nos tomó como cosa suya y habiendo sido nombrado jefe de Escuela por la junta directiva de don Antonio Lucena Gómez consigue dar el impulso necesario para de nuevo poner en marcha los cursos de piloto y hacer realidad la actividad que tanto deseábamos. Sigue como instructor Jaime Jiménez y se incorpora de una manera altruista Rafalo Massieu en sustitución de Arturo Arcas, fallecido en accidente en Turquía mientras hacía trabajos de fumigación.

Pedro González García
Teniente Coronel Pedro González García / Foto: RAGC

Don Rafael Massieu Van de Walle, «Rafalo» para todos los que lo conocieron, ha sido uno de los grandes pilares del Aeroclub, el gran conseguidor, tenía soluciones para todo en los tiempos más difíciles. Instructor incansable que formó la gran mayoría de los alumnos pilotos hasta finales de los años sesenta y durante muchos años vicepresidente de la entidad y jefe de Escuela, hasta que al cesar voluntariamente fue designado vicepresidente de honor y nuestra Escuela de pilotos con orgullo lleva su nombre.

Desde esta fecha hasta el año 1964 fue la época dorada del Aeroclub en el Aeropuerto de Gando ya denominado Aeropuerto de Las Palmas. La formación de pilotos siguió a un ritmo impresionante y nuestro palmares deportivo brillante, ocupando los primeros puestos a nivel nacional en horas voladas y pilotos formados durante varios años y el primero por el ratio horas de vuelo/población. El gran desarrollo de actividades y operaciones en el aeropuerto empiezan a ahogar al Aeroclub por lo que ya en 1964 era prácticamente imposible volar.

En la junta general de agosto de 1963 Rafael Massieu y yo propusimos ponernos en contacto con la familia Del Castillo sobre los terrenos de El Berriel como futuro emplazamiento del Aeroclub facultándonos en dicha junta para que realizáramos esa gestión. Tuvimos múltiples contactos encontrando siempre una buenísima predisposición por parte de don Alejandro Del Castillo y Bravo de Laguna que aumenta al acceder don Alejandro en febrero de 1964 a la presidencia de nuestro Aeroclub convirtiéndose en nuestro principal valedor ante su padre y sus hermanos para la obtención de un derecho a superficie a favor del Aeroclub de Gran Canaria (así reza en la escritura) sobre unos terrenos propiedad de la familia situados en los llanos de Juan Grande en la zona conocida como Berriel colindante con el barranco de Tarajalillo. El día 8 de febrero de 1969 otorgan escritura pública, don Pedro del Castillo y Bravo de Laguna en representación de su padre el Excmo. Señor don Alejandro del Castillo y Del Castillo, conde de la Vega Grande de Guadalupe y en representación del Aeroclub de Gran Canaria su vicepresidente don Pedro González García. Hay que hacer resaltar la caballerosidad y gentileza de la familia Del Castillo que si bien la escritura se otorgó en 1969 desde 1964 nos dio libertad absoluta para que iniciáramos las obras del nuevo aeródromo e instalaciones.

En junta general del 14 de noviembre de 1964 se presenta el proyecto del local social, realizado por los arquitectos Manuel de la Peña y Femando Cardoso que se aprueba y se acuerda crear una cuota proedificio de 250 pesetas que añadidas a las 50 de cuota normal serian 300 pesetas, al mes mientras durasen las obras. A finales de 1964 hicimos el levantamiento topográfico del terreno don Antonio Marrero Bosch, ingeniero de Unelco, con el teodolito y Miguel Martín-Fernández Rodríguez y yo con las reglas y las estacas. En enero de 1965 comienza la explanación de la pista y la cimentación del edificio social. En noviembre está terminada la estructura del edificio. En este momento quiebra la constructora y don Femando Cardoso anuncia que la obra costará un millón más. Nos ofrecemos 20 socios con un crédito personal de 50 mil pesetas para enjugar el déficit. El 18 de octubre de 1967 Aviación Civil nos adjudica el hangar principal que se empieza a montar por técnicos especializados a la altura del barracón construido por el Aeroclub como hangar provisional que ahora se destinara a talleres y oficinas.

GCLB 1967
Foto: RAGC
GCLB 1967
Foto: RAGC

El 6 de julio de 1968 tiene lugar la llegada a Gando de las avionetas del primer Rally del Atlántico organizado por el Aeroclub de Dusseldorf con un total de 40 avionetas aunque en la primera oleada llegaron 33 y el resto al día siguiente.

GCLP 1968
Foto: RAGC

En septiembre de 1968 se celebra junta general para exponer las condiciones del contrato con la familia Del Castillo cosa que se aprueba y se faculta a don Pedro González García para que lo firme ante notario, como ya hemos visto, comenzando una nueva era para el Aeroclub. El día 13 de junio de 1970 una avioneta AISA I-11B matricula EC-BKP pilotada por don Rafael Massieu Van de Valle toma tierra por primera vez en la pista del nuevo aeródromo de El Berriel. Y aquí quisiera romper una lanza en favor de estas avionetas Iberavia: magnífica, dócil, maniobrera, segura en vuelo y en tierra con su tren ancho que lo perdonaba todo y que dieron un juego grandísimo en este Aeroclub con su motor Continental de 90 H.R y que a pesar de ser de madera contrachapada y estar sometidas a todas las inclemencias del tiempo, pues en Gando no teníamos hangar, mantuvieron su vida operativa desde 1958 hasta 1976, formando a infinidad de pilotos sin ningún incidente ni accidente achacable el aparato. Fue un excelente avión, un acierto de la industria aeronáutica española, que no tuvo que envidiar para nada a los aviones extranjeros y que hoy al verlo volar en la F.I.O. me emociono de nostalgia.

EC-BKP
Foto: RAGC
EC-BKP
Foto: RAGC
EC-BKP
Foto: Francisco Andreu

Al mismo tiempo que se construían las nuevas instalaciones seguíamos volando en Gando y así en el año 62 nos asignó el Ministerio una AISA l-115 que, a pesar de que no tenía buena fama, a nosotros nos dio buen resultado aprovechándola para entrenamiento y viajes, pues era cómoda y rápida. En aquellos años nuestra flota la componían además de esta Piper Cub, cuatro I-11 IB Iberavias y la Piper Apache para el curso de piloto comercial, que fue comprada a SPANTAX el 1963.

Si la actividad de la Escuela se restringía cada vez más, aumentaba la actividad de los viajes a Lanzarote y Fuerteventura. Aquí vemos una foto del año 1962 en las que se puede apreciar el primitivismo del aeropuerto en el repostado de las avionetas.

Repostaje GCLB
Foto: RAGC

En 1964 obtienen el título de piloto comercial Francisco Farray Martín, Celso Ramos Teixeira, Juan Alonso Castellano, Miguel Martín-Fernández Rodríguez, Castor Gómez Arroyo y Octavio Ojeda Hernández. Los primeros formados en Canarias, y todos en esta Piper Apache EC-ARH.

Durante este año, desde septiembre a diciembre, hicimos vuelos en formación con las cuatro Iberavias: Líder, Miguel Martín- Fernández, Punto derecho: Celso Ramos. Punto izquierdo: Juan Alonso y Perro: Femando Cardoso. Despegábamos al despuntar el día los cuatro al mismo tiempo, volábamos hacia Las Palmas, sobre la bahía pasábamos a «ala» luego, en «pescadilla», hacíamos simulacro de ametrallamiento sobre la playa de la Alcaravaneras y volvíamos a reunimos y en formación regresábamos a Gando.

Una de las mañanas hacía maniobras de atraque el portaviones francés Clemenceau y nos dirigimos a él como si fuéramos a apontar y los marinos nos siguieron la broma haciéndonos las señales de corrección de posición como si fuéramos a hacerlo de verdad …. tirón y arriba. Seguro que si llega a ser hoy día nos disparan un misil por sí acaso, y nos mandan a hacer los bordados que adornan las bocamangas de los magistrados.

En la década de los setenta, el 13 de junio, se realizó la apertura del campo de vuelos. El 4 de enero de 1972 se llevó a cabo la inauguración oficial de las instalaciones del Aeroclub con cena de gala en el hangar principal y con la asistencia del subsecretario de Aviación Civil, el general Rute Villanova quien, en su discurso, después de recordar la historia del Aeroclub, agradece a la familia Del Castillo su colaboración y, además, solicita ayudas, entre ellas, el asfaltado de la pista, al subsecretario, y reclamando para don Rafael Massieu la medalla al mérito aeronáutico. Habla nuestro presidente don Alejandro del Castillo agradeciendo al Ejército del Aire su apoyo, ya que ha estado siempre a nuestro lado en todas las ocasiones que le hemos precisado y sin cuya contribución no hubiera sido posible superar los planes que un día nos propusimos. Cerró el acto el propio general Rute Villanova que felicitó a todos por la labor desarrollada para culminar las obras del Aeroclub. Mostró su agradecimiento a la familia Del Castillo, tomó notas de las peticiones de ayuda y prometió solicitar del ministro la cruz al mérito aeronáutico para el señor Massieu y finalizó declarando oficialmente inauguradas las nuevas instalaciones del Aeroclub de Gran Canaria.

GCLB 1972
Foto: RAGC
GCLB 1972
Foto: RAGC

En 1985 hay que resaltar la traída, desde Gando, en una barcaza de desembarco de la Marina, de un DC-7 que nos había regalado SPANTAX y la colocación en donde está en la actualidad. Fue todo una operación marítima terrestre.

Enrique Vera Bencomo - Embarque del avión Douglas DC-7 de Spantax en la bahía de Gando
Foto: Enrique Vera Bencomo / Observando la aviación II
Francisco Andreu - EC-BBT
Foto: Francisco Andreu
Francisco Andreu - EC-BBT
Foto: Francisco Andreu

En noviembre de 1986, terminada su vida operativa, se coloca la Piper Apache sobre un pedestal como recuerdo de ser la pionera en la formación de pilotos comerciales en el Archipiélago.

Andy Graf - EC-ARH
Foto: Andy Graf

El 9 de enero de 1987 dejan la presidencia y vicepresidencia don Pedro González y don Rafael Massieu y este también la jefatura de la Escuela, ganándose ambos un merecido descanso pues parafraseando a Winston Churchill en la batalla de Inglaterra: «Nunca tantos, le han debido tanto a tan pocos». Aquí ha pasado igual. El Aeroclub se lo debe todo a ellos dos. En la junta general de esa fecha se acordó por aclamación nombrarlos presidente y vicepresidente de honor y el día 15 de julio de 1988 bajo la presidencia de don Francisco Reyes Fuentes se les rinde homenaje merecidísimo en un emotivo acto que tuvo lugar en el marco del Gabinete Literario.

En septiembre de 1989 y con la misma presidencia, le es concedido al Aeroclub, por la F.A.I., el diploma de honor que se concede a entidades y organismos de los países miembros por la destacada y meritoria labor en pro de la aviación general y deportiva. El 13 de junio tenemos un hito importante bajo le presidencia de don José A. Castellano Bordón que estuvo en el cargo hasta 1999: nos visitan las avionetas participantes en la XXVI (26) Vuelta Aérea a España: 34 aviones que operaron con toda normalidad saliendo encantados todos los componentes del grupo, tanto por la atención técnica como social. El 24 de noviembre de 1991, a petición mía, en junta general se aprueba por aclamación el descubrir una placa en el hangar principal recordando el mérito y nuestro agradecimiento por todo lo que hizo en bien del Aeroclub don Pedro González García y a su vez que la Escuela se denominase Escuela de pilotos Rafael Massieu.

03 GCLB
Foto: RAGC

Otro pilar importante para la continuidad del Aeroclub ha sido la familia Del Castillo como hemos visto en momentos anteriores, por lo que el 25 de julio de 1993 este Aeroclub le rindió homenaje de agradecimiento a toda la familia descubriéndose un busto de don Alejandro del Castillo y Bravo de Laguna, actual conde de la Vega Grande, expresidente de nuestro Aeroclub y presidente de honor del mismo. Dicho busto está a la entrada del local social-restaurante.

El Aeroclub estaba hecho y funcionando desde 1970-72 pero el tiempo y el uso lo habían ido deteriorando por lo que al presidente don José A. Castellano Bordón le corresponde el mérito del reasfaltado de la pista de vuelos, asfaltado de nuevas calles de acceso al club, pistas de rodadura para aviones, calles de intersección con las pistas, gran incremento de las zonas ajardinadas, vallado de todo el recinto y, por último, proyección, construcción y asfaltado de pistas polivalentes para la práctica, de forma reglamentada por sus respectivas federaciones, de los deportes de motorismo y automovilismo. También se ha dado entrada, desde hace años, a escuelas y clubes de paracaidismo. Actualmente albergamos al Paraclub de Gran Canaria y el club Skydive de Gran Canaria.

El 25 de julio de 1994 tiene lugar el homenaje y la entrega oficial a don Francisco Farray Martín del diploma PAUL TISSANDIER, concedido el día 12 de octubre de 1993 por la F.A.I. por sus méritos aeronáuticos, entre ellos, 20 años de instructor de vuelos en el Aeroclub, cinco de los cuales completamente solo y volando de sol a sol. Aún sigue en activo, perteneciendo a la junta directiva, siendo presidente de la comisión aeronáutica, volando y organizando todos los acontecimientos deportivos del Aeroclub. Una fecha memorable es la del 2 de marzo de 1995: S.M. el rey de España concede al Aeroclub de Gran Canaria la denominación de Real. El 13 de junio de 1995 celebramos el 25 aniversario de la inauguración de El Berriel con diversos festejos sociales y aeronáuticos.

 

Emblema 1995

El 18 de marzo de 1996, tomaron tierra en el aeropuerto de La Gomera los primeros aviones, correspondiendo al EC-CIY, pilotado por don Miguel Ramón Aller, ser el que inauguró la pista.

 

Andreas Dürr - EC-CIY
Foto: Andreas Dürr

De la década de 2000 no vamos a comentar nada pues la consideramos actualidad. Lo que sí diremos es que el Aeroclub, desde su fundación, hasta el 31 de diciembre del 2007, ha volado 104.257 horas. Pilotos formados 786, de los que unos 50, hoy día, son profesionales.

Pero el Aeroclub no lo forma solo las instalaciones, los aviones y las horas voladas, sino también personas, por lo que debemos tener un recuerdo para nuestros presidentes y para nuestros instructores de antaño, pues todos aportaron algo de sus vidas para que nuestro Aeroclub fuera lo que hoy es. Para todos ellos nuestro agradecimiento y admiración.

  • don Fermín Garvalena Pérez, presidente fundador (7 de agosto 1951 a 6 de febrero 1952)
  • don Luis Herrero Pérez (6 de febrero de 1952 a 31 de diciembre 1956)
  • don Antonio Lucena Gómez (31 de diciembre 1956 a 14 de junio 1960)
  • don Matías Vega Guerra, presidente de honor (14 de junio 1960 a 27 de febrero 1964)
  • don Alejandro Del Castillo y Bravo de Laguna, presidente de honor (27 de febrero 1964 a 18 de agosto 1983)
  • don Pedro González García, presidente de honor (18 de agosto 1983 a 19 de diciembre 1986)
  • don Francisco Reyes Fuentes (19 de diciembre de 1986 a 17 de noviembre de 1989)
  • don José A. Castellano Bordón, presidente de honor (17 de noviembre 1989 a 24 de abril 1999)
  • don Miguel Ramón Aller (23 de abril 1999 a 25 de mayo 2001)
  • don Sebastián Rabelo Gutiérrez (25 de mayo 2001 a 2 de mayo 2002)

Por fallecimiento toma las riendas provisionalmente de nuevo don José Castellano, hasta que el día 24 de octubre de 2004 accede al cargo don Fernando Moreno Hernández.

 

Fermín Garvalena Pérez
Fermín Garvalena Pérez
Presidente fundador
1951-52
Luis Herrero Pérez
Luis Herrero Pérez
Presidente
1952-56
Antonio Lucena Gómez
Antonio Lucena Gómez
Presidente
1956-60
Matías Vega Guerra
Matías Vega Guerra
Presidente de honor
1960-64
Alejandro Del Castillo y Bravo de Laguna
Alejandro Del Castillo y Bravo de Laguna
Presidente de honor
1964-83
Pedro González García
Pedro González García
Presidente de honor
1983-86
Francisco Reyes Fuentes
Francisco Reyes Fuentes
Presidente
1986-89
José A. Castellano Bordón
José A. Castellano Bordón
Presidente de honor
1989-99
Miguel Ramón Aller
Miguel Ramón Aller
Presidente
1999-2001
Sebastián Rabelo Gutierrez
Sebastián Rabelo Gutierrez
Presidente
2001-02
Fernando Moreno
Fernando Moreno Hernández
Presidente
2004-19
Víctor Rodríguez Miranda
Presidente
2019-20
Pimpi Reyes
María del Pino Reyes Yánez
Presidente
2020 - Actualidad

Y junto a los presidentes un recuerdo para nuestros INSTRUCTORES: Los primeros, Arturo Arcas y Jaime Jiménez con Juan Torrens Galván como jefe de Escuela. Seguidamente Rafael Massieu y el capitán José Hidalgo García. Continúa Jaime Jiménez un tiempo, pero pasa destinado a Tenerife. Jefe de Escuela comandante don Femando Timón Lara. Pasa luego a ser jefe de Escuela don Pedro González García, continuando como instructores Rafalo Massieu y José Luis Hidalgo. Cuando se abre Berriel (Hidalgo, destinado a la Península, Rafalo deja la Instrucción y pasa a la jefatura), se incorpora a la plantilla Francisco Farray Martín que estuvo varios años solo, hasta que entra Celso Ramos Teixeira. Los dos formaron a un numerosísimo gmpo de pilotos por lo que hoy el Aeroclub quiere recordarlos, admirarlos y agradecerles la dedicación que tuvieron. Después de ellos, innumerables jóvenes han pasado por estos puestos. Chicos que queriendo seguir la carrera aeronáutica lo han tomado como medio de hacer horas.

Y antes de terminar quisiera rendir un homenaje a una labor silenciosa, callada, pero tremendamente eficaz e importante: me refiero al trabajo de nuestros mecánicos. Gracias a ellos volamos totalmente confiados y en todo el tiempo que llevamos volando en el Aeroclub no hemos tenido ningún incidente ni accidente achacables a fallos mecánicos. Cuántas veces, amigos pilotos profesionales, cuando comentamos que vamos a Madeira nos dicen: «¿2 horas y media sobre mar y con un monomotor?» Ustedes están locos. No estamos locos, confiamos en nuestros mecánicos.

Nuestro primer mecánico fue José Miranda, el «legendario Miranda», que provenía de los Fiat CR-32. A continuación Carlos Macho que era de Spantax, otro gran especialista y gran persona. El taller una vez instalados en Berriel fue obra de Rafalo Massieu y Celso Ramos, con la colaboración de Airliper que enviaba un mecánico por periodos de seis meses. El último de ellos, don José Alcaraz Sánchez, al terminar su periodo, decidió quedarse con nosotros y con nosotros lleva 31 años como jefe de taller y con la colaboración de don Carmelo Cabrera Tejera, oficial de 1″ y de don José Antonio Santana Mihalec, oficial de T que han elevado nuestro taller a la categoría de ser uno de los mejores de España y a donde vienen muchos aviones, aparte de los nuestros, a hacerse sus revisiones. Al elogiarle su labor, José Alcaraz comenta que también se debe a que el Aeroclub no escatima gastos a la hora de los repuestos. Los motores se compran nuevos o remotorizados por la casa.

El almacén de repuestos legítimos, la envidia de muchos talleres. Así se puede tener categoría y dar seguridad. Desde aquí gracias en nombre de todos los que volamos.

Equipo taller
Foto: RAGC

En el transcurso de esta charla he mencionado a tres personas: a don Laureano de Armas Gourié, a don Matías Vega Guerra y a don Antonio Bonny Gómez que ya no están con nosotros y con los que el Aeroclub tenía una deuda de honor. Hoy sentimos la gran alegría de poderla satisfacer y públicamente manifestar a sus familiares el agradecimiento, admiración y respeto de todos los que formamos esta gran familia aeronáutica: a don Laureano de Armas Gourié, por ser el pionero de la aviación deportiva en Canarias; a don Matías Vega Guerra, por ser nuestro fundador y mecenas y a don Antonio Bonny Gómez, porque gracias a él, a su caballerosidad y a su desprendimiento, regalándonos nuestra primera avioneta, pudimos empezar a volar.

Laureano de Armas Gourié
D. Laureano de Armas Gourié
Matías Vega Guerra
D. Matías Vega Guerra
Antonio Bonny Gómez
D. Antonio Bonny Gómez
El contenido de este texto ha sido extraído y adaptado de las IV Jornadas aeronáuticas de Gran Canaria celebradas el 2008.
Hemos tenido que llevar a cabo una serie de actualizaciones debido a que este artículo se redactó en el 2008. Cualquier actualización será bienvenida.

Autor: Don Juan Alonso Castellano

1929 - 2018

Nace el 22 de septiembre de 1929 en Las Palmas de Gran Canaria. El  parvulario lo hace en el colegio de las Teresianas, continúa en el Corazón de María y el bachiller en los Jesuitas. En junio de 1953 obtiene la licenciatura de Medicina (obstetricia y ginecología) por la Universidad de Granada, en donde finaliza su tesis doctoral. Su actividad profesional la inicia en la Seguridad Social como ayudante de los equipos de ginecología y tocología. Posteriormente abre su consulta médica y comienza una labor social que le ha permitido atender a 600.000 pacientes (con cerca de las 500.000 horas de consulta), traer al mundo a 15.000 niños e intervenir, entre grandes y pequeñas, en más de 16.500 operaciones. Es socio de número de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología.

A su desarrollo profesional médico, don Juan Alonso Castellano integra su afición y pasión por la aeronáutica. Difícilmente se podrá encontrar a una persona, en el ámbito privado aéreo, con una vocación y dedicación como la de este joven médico y aviador. A sus casi ochenta años, es el único piloto privado que mantiene su licencia de vuelo en vigor.

Pertenece al Real Aeroclub de Gran Canaria desde su fundación, el 7 de agosto de 1951. Fue secretario del mismo durante diez años y en la actualidad forma parte de su junta directiva. Asimismo, y desde el año 2006. es socio de honor. Su título de piloto privado lleva fecha de 30 de septiembre de 1959 y el de piloto comercial de 26 de diciembre de 1964. Desde el 26 de junio de 1996 (a los 62 años) posee el titulo de vuelo sin motor. Ha participado en una gran cantidad de acontecimientos aeronáuticos y conseguido una docena de premios y trofeos (en 1959, formando equipo con Juan Francisco Gómez Gómez, compañero del aeroclub, consiguen para Gran Canaria y en confrontación con el Aeroclub de Tenerife, el trofeo de campeones absolutos en precisión, regularidad y navegación). Por otra parte, ha volado una docena de artefactos aéreos, desde la «Piper Cub» al «Ju-52» pasando por las «AISA», «Bucker», «Piper Apache», etc.

Este aviador-médico es también destacado deportista: posee varios premios de tiro de pichón y plato, subcampeón de rally por equipos en 1959, campeón provincial de tenis para médico en la categoría de veteranos y, por si fuera poco, cuenta con dos premios nacionales de fotografía aeronáutica.

Pertenece a las más destacadas sociedades culturales y deportivas grancanarias: Real Sociedad Económica de Amigos del País, El Museo Canario, Gabinete Literario, Real Club Náutico, Orden del Cachorro Canario, Real Club de Golf de Bandama y Tiro Olímpico.