La aviación está llena de reglas de oro. Algunas son obviedades (“Nunca dejes pasar una oportunidad de repostar o de ir al baño”) mientras que otras no tanto (“La gravedad de los derrapes al aterrizar está en función del cuadrado de la velocidad en tierra”). Sin embargo, una de las más útiles, y al mismo tiempo de las más olvidadas es la vieja “si los números vienen hacia ti, vas a pasártelos; si se alejan vas a quedarte corto”. Esta pequeña homilía es probablemente una de las más útiles y elegante en su simplicidad. Sin embargo, todo lo que nos dice cae muchas veces en oídos sordos y ojos ciegos.
El concepto de elegir un punto exacto donde tu avión va a terminar su planeo si todo va bien es algo así como un misterio para pilotos con pocas horas. A veces incluso para pilotos con muchas horas, simplemente porque nunca se les ha resaltado lo que pasa en el parabrisas.
Todo el concepto de referencia visual de la senda de planeo está basado en el hecho de que, si todo permanece igual, el punto en el que tomarás en la pista permanece estacionario en el parabrisas. Todo lo que está por delante de ese punto, que sobrevolarás en tu camino al punto elegido, parece que se mueve hacia ti (hacia debajo del parabrisas). Todo lo que está al otro lado, el que no vas a alcanzar, parece alejarse de ti (hacia arriba en el parabrisas).
Parece una simpleza ¿verdad? Y lo es. Lamentablemente, también es uno de esos conceptos visuales similar a esas cuadros extraños que están compuestos por billones de puntos, pero que, si los miras de una forma ves la Mona Lisa y si lo miras de otra, bueno, cualquier otra cosa….El instructor puede repetírtelo cientos de veces: ”¿Ves como los número se acercan a ti?” y no verlo. De pronto un día se enciende el bombillo y te ves diciendo “¡Siii ya lo veo!, claro, ¿por que no lo vería antes?”. Pero para algunos, la luz no llega a encenderse.
El movimiento del punto elegido en el parabrisas puede a veces ser muy sutil, especialmente en aproximaciones largas, bajas y planas (que, por cierto, no deberías hacer). Entre más corta y más pronunciada la aproximación, mas obvio es el movimiento.
Es probable que algunos pilotos cuestionen la importancia de ver el movimiento de los puntos en el parabrisas, para empezar. Otros preguntarán, “…vale, veo el movimiento, ¿y qué?”. La respuesta es fácil: si sabes exactamente donde va a tocar el avión te permite cambiar la senda de planeo, bien con cambios de configuración, con la potencia o bien usando un resbale para poner el avión exactamente donde lo quieres. Sabiendo exactamente donde vas a tomar, si no cambias nada, en relación a tu punto elegido (por ejemplo, los números), puedes hacer cuantos cambios sean necesarios para poner el avión en el punto justo.
Sería tonto pensar que en cada aproximación vas a poner el avión en el punto elegido, igual que sería tonto pensar que es una buena idea iniciar siempre la aproximación tan lejos que siempre tengas que echar mano de la potencia para llegar (suponiendo que el motor siga funcionando, claro). Sin embargo, si hablamos de campos cortos, donde poner el avión en los números es crítico, entre la potencia y la habilidad de afinar la aproximación en el último minuto con un resbale, no hay excusa para no poner el avión justo en el punto elegido. No casi, sino justo en él, por las referencias visuales que te brinda el parabrisas.
La regla básica de una aproximación en campo corto es que la palanca de la potencia sigue a los números. Si los números se alejan de ti, hacia arriba del parabrisas, la palanca debe seguirles. Si los números vienen hacia ti, hacia abajo en el parabrisas la palanca va hacia atrás. En la primera parte de la aproximación, el movimiento en el parabrisas será sutil, igual que los movimientos de la palanca serán sutiles. A medida que te vas acercando, sin embargo, el movimiento aparente se hará más pronunciado, lo que te está indicando que los movimientos de la palanca de la potencia o de otros cambios de la senda de planeo tendrán que ser también más pronunciados. Sin embargo, lo ideal es que, si has controlado los movimientos que ocurren en el parabrisas desde el principio de la aproximación y los has ajustado adecuadamente, probablemente no vas a estar tan lejos de la senda de planeo como para necesitar mas que, si acaso, pequeños cambios en la potencia o un ligero resbale para ponerlo allí donde querías.
Por supuesto, para ayudar en el control de la potencia en el planeo está el hecho de que has disminuido gradualmente la velocidad hasta la mínima recomendada para una aproximación en pista corta, lo que la hace más dependiente de la potencia y más fácil de controlar.
Debido a la dificultad de algunos de visualiza el movimiento de los puntos en el parabrisas, mostramos algunas fotos. Pusimos una cinta graduada en el medio del parabrisas e hicimos varias aproximaciones, algunas intencionadamente altas, otras bajas, en un afán de exagerar los movimientos de los números en el parabrisas. Mientras miras las fotos, trata de compensar por el hecho de que el pobre fotógrafo (el autor) estaba siendo zarandeado por turbulencias vespertinas.
Secuencia primera: muy altos, nos vamos a pasar.
Paso 1
El principio de la pista está un poco por debajo de la segunda raya. Todavía estamos lejos, y el movimiento de los puntos en el parabrisas no es muy pronunciado como para indicarnos que la estamos fastidiando.
Paso 2
¡Uf! ¿Qué ha pasado?. El final de la pista se ha movido hacia abajo en el parabrisas hacia nosotros, y está cerca de la 1ª marca. Todavía estamos lejos, pero el movimiento de los números de la pista ya nos está diciendo lo que va a pasar: nos vamos a pasar.
Paso 3
¡Ajá! Ahora ya sabemos que algo va mal, puesto que los números están yéndose hacia abajo en el parabrisas, hacia nosotros. A medida que nos acercamos aumenta ese movimiento. Mientras que al principio de la aproximación el movimiento es tan sutil que es casi inapreciable, a medida que acortamos distancias se hace más fácil de detectar, siempre que lo busques, claro….
Paso 4
Momento de tomar una decisión drástica, como por ejemplo, motor y al aire. En esta aproximación, en particular, cortar potencia y hacer un resbale probablemente no lo arreglaría. Pero, ante la duda, motor y al aire.
Secuencia segunda: muy bajos, nos quedamos cortos.
Paso 1
Vamos a fijarnos en el estanque apenas visible por encima de la brújula. Los números están justo acercándose a la 2ª marca. Seguirán moviéndose rápido hacia arriba, mientras el área próxima al estanque, donde realmente tomaríamos, se moverá muy poco.
Paso 2
Los números van rápidamente hacia la 3ª marca, mientras que el área solo está ligeramente más alta que antes . En este momento debería sonarnos una alarma en la cabeza, indicándonos que necesitamos un poco más de potencia.
Paso 3
Los números siguen ascendiendo, llegando ya a la 3ª marca, mientras que el estanque sigue más o menos estático.
Paso 4
Los números ya hay sobrepasado la 3ª marca. Estaríamos ciegos si no vemos que vamos a tomar en el estanque, puesto que es la única zona que permanece en el mismo sitio, mientras que todo lo demás está subiendo el parabrisas a toda pastilla.